Domingo 17 de febrero, 10 a.m.
Las redes sociales empezaron a colapsar, algunos mensajes
empezaron a llegar y la publicación de un amigo con mucha tristeza (mi papá) me
terminaba por confirmar la noticia que me tomaba un poco de trabajo creer. El
fallecimiento de un crack, de un hijo del fútbol y uno ídolo para muchos, sobre
todo para los que somos amantes de buen fútbol, Carlos ‘’Kukín’’ Flores
Murillo.
Puedo decir que, en menos de 24 horas de su partida, he
logrado leer anécdotas, observar videos de sus mejores partidos, comentarios
positivos como negativos de lo que fue dentro y fuera de las canchas. Fue
entonces cuando me pregunté – ¿Quiénes somos para juzgar?-
Nosotros que vivimos
en una sociedad tan manchada de malos hábitos y mucha falta de educación.
¿Dónde está la sensibilidad con el prójimo? Fuera de los errores que una
persona puede cometer en su vida personal, pienso que debe ser tratada con el
mismo respeto que cualquier otra al momento de su fallecimiento.
Recuerdo perfectamente la vez que conocí a ‘’Kukín’’. Fue en
un partido de la Super Liga Fútbol 7 donde jugaban los ‘’Masters’’ del
fútbol peruano. Mi papá dirigía al Sport Callao y ese día era la semifinal
entre el anteriormente mencionado con Universitario de Deportes. Yo, me
encontraba sentada en la banca de suplentes viendo el calentamiento y justo llegó Carlos. Todos lo saludaron con cariño. El abrazo que le dio a mi papá fue
único.
Luego se acercó con mi padre y me dijo:
-‘’Sobrina, ta’ que
eres la misma figurita repetida de tu viejo’’-
Yo solo atiné a sonreír y decirle;
–‘’Gracias tío’’-
Inmediatamente se dio la vuelta y le grito al equipo:
-‘’Sáquense la
mierda, por mi Boys’’’-
Ese día pude notar en sus ojos cierta tristeza de no poder
jugar (por su estado, muchas veces el mismo se había declarado enfermo). Pero nunca dejo
de apoyar al equipo. Tampoco perdió la picardía para sacar un chiste preciso en
el momento más inesperado. Aún guardaba un poco de alegría para sus días difíciles.
Ojalá ‘’el mejor 10’’ siempre sea recordado como mi familia
y yo lo guardamos en nuestra memoria. No como ‘’el que pudo ser’’, sino por
todo lo que hizo. Los tiempos de Dios son perfectos, y solo él tiene algo
reservado para nosotros.
Un abrazo de gol hasta el cielo tío ‘’Kukín’’. Ahora estas
con mi ángeles blanquiazules (los difuntos del Fokker). Que Dios te tenga en su
gloria.
Solo les quiero pedir que valoren la vida. Cada momento en
familia, con sus amigos y con las personas que consideran importantes, aprécienlos
mucho. Nunca dejen de sonreír. Sean ustedes mismos siempre, hasta que su esencia
quede marcada en los que los rodean. Luchen por sus sueños hasta que sean
recordados por lograr aquello que tanto anhelaban.
La vida es hoy, y los momentos son
ahora. Dejemos de postergar cosas, de decirnos cuantos nos queremos, de vivir
en rencor. Como siempre me dice mi mamá: -‘’Esta vida es prestada y uno nunca
sabe hasta cuándo estaremos aquí’’-.
Aquí una foto de dos amigos que pronto se volverán a encontrar.
A mi Papá: ¡No estas perdiendo amigos, estas ganando ángeles!
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