De ser indispensable en la selección pasó a ser apartado
de ella.
Christian Cueva, el jugador de estatura pequeña pero de
gran habilidad. Capaz de encarar a Luis Suarez, Edinson Cavani y al destacable
Marcelo. Él que nos regaló alegrías cada que tocaba el balón, pero que hoy no
forma parte de aquel plantel al que todo futbolista desea pertenecer y sabe que
si llega es porque alcanzó la cúspide de su carrera como futbolista, la
selección peruana.
Ir al mundial y fallarse el penal hizo que firmara su
sentencia. Su autoestima junto con su talento fue decayendo de manera abismal.
Lo seguidores que lo apoyaban a pesar que sus errores, eran mínimos y los que
lo criticaban iban en aumento. La prensa que en algún momento endiosaba al
jugador también empezó a mostrar desconformidad con su juego y enumerando una a
una las flaquezas del mediocampista.
Bien dicen que el enemigo de un peruano es otro peruano,
pues parece que toda la desaprobación que tenía Cueva en redes sociales,
hicieron que su perfil cambie. No es el mismo de las eliminatorias pasadas. Ese
que tenía hambre de superación y sed de gloria por alcanzar la clasificación al
Mundial. Ahora es un futbolista ‘’cumplidor’’ de esos que hacen la tarea sin
una investigación extra. Cumple su papel pero no hace un amague extraordinario,
no quita el balón sin cometer faltas y mucho menos tiene lo que todo hincha
espera para que el jugador cumpla sus expectativas, gol.
Su presencia en la cancha es tan desapercibida y ausente
como la de un niño nuevo en una clase en la que es necesario hacer un trabajo
en grupo. Por más que tenga el respaldo de sus compañeros, no se halla. Tal vez
siente que no pertenece. En sus cuentas personales muestra estar agradecido por
todas las veces en las que se le dio la oportunidad de vestir la camiseta de la
selección, como si su momento ya hubiera terminado. Y aunque no se haya
pronunciado de manera directa ante la decisión del técnico Ricardo Gareca de
dejarlo fuera de la lista de convocados, se sobre entiende que el momento por
el que está pasando no es de los mejores, es de los que no se imaginó.
A sus 26 años Christian Cueva está a tiempo de poder
demostrar que su nombre
tiene que estar en la lista de convocados hasta su retiro
como futbolista profesional. Solo necesita enfocarse y trabajar tanto física
como mentalmente para que nadie lo detenga. Para despertar de esta pesadilla sueños.que solo lo está alejando de sus verdaderos sueños.